8/7/13

Opinión sobre Riña de Gatos Madrid 1936 de Eduardo Mendoza



Un inglés llamado Anthony Whitelands llega a bordo de un tren al Madrid convulso de la primavera de 1936. Deberá autenticar un cuadro desconocido, perteneciente a un amigo de José Antonio Primo de Rivera, cuyo valor económico puede resultar determinante para favorecer un cambio político crucial en la historia de España. Turbulentos amores con mujeres de distintas clases sociales distraen al crítico de arte sin darle tiempo a calibrar cómo se van multiplicando sus perseguidores: policías, diplomáticos, políticos y espías, en una atmósfera de conspiración y de algarada. 




«El republicano señaló al cura con el pulgar y dijo: 
»—Aquí, sin ir más lejos, tiene usted un ejemplo de lo que le venía diciendo. Hasta hace cuatro días, éstos hacían y deshacían a su antojo. Hoy viven de prestado y a la que se desmanden los corremos a boinazos. ¿O no es así, padre? 
»E1 cura cruzó las manos sobre el regazo y miró de hito en hito al viajero. 
»—Ríe mejor el que ríe el último —respondió sin amedrentarse. 
»E1 inglés los dejó enzarzados en un duelo de dichos y paráfrasis. Lento y monótono, el tren seguía su camino por una llanura desolada dejando una gruesa columna de humo en el aire puro y cristalino del invierno meseteño. Antes de volverse a dormir oyó argumentar al republicano: 
»—Mire, padre, la gente no quema iglesias y conventos sin ton ni son. Nunca han quemado una taberna, un hospital ni una plaza de toros. Si en toda España el pueblo elige quemar iglesias, con lo que cuestan de prender, por algo será.»

Bueno, como se puede ver por los no adornos, esta no es una reseña más del montón, es más una opinión y no una crítica. ¿Por qué? Porque este tipo de libros, por mi arte, no aceptan criticas. Este autor y este genero escapan completamente de mi territorio habitual (que raro suena...). Este tipo de narrativa histórica (que no sé como llamar a este genero, ya veis que no tengo ni idea) nunca me ha llamado la atención, no me gusta mucho la narrativa en general, y la tipo histórica menos, porque no me entero del asunto, nótese lo mal que se me daba la asignatura de Historia en tiempos de instituto.  Simplemente creo que no tengo suficiente experiencia en este campo de la literatura como para ponerme a criticar a diestro y siniestro o a quitar peros por todas partes como haría con las lecturas juveniles. 
Para mi este libro fue un hallazgo y una sorpresa agradable cuando leí un argumento tan interesante que me venia al pelo como lectura obligatoria para la asignatura de Historia de España. Tengo que admitir que esta segunda lectura fue un poco a contra gusto, se me hizo un poco más larga, pero descubrí algunas cosillas que no había notado en la primera lectura. 
Me he reído mucho con los variopintos personajes y no he podido evitar cogerle algo de cariño al tontaina de Antoñito Vitelas jajaja que para quien no lo haya leído es el nombre en espalo de el protagonista Anthony Whitelands al cual le pasa de todo y se mete en todos los fregados que puede y más, hasta el punto de poner su vida en peligro de muerte, anda que no hay que ser torpe ni nada.
Otros personajes que también tuvieron su puntito fueron; la pequeña de la casa, Lilí; el coronel Gumersindo Marranón y el Director General de Seguridad Alonso Mallol. Estos tres me hicieron reír en varias ocasiones, pero también el recepcionista del hotel fue encantados jaja
Dejando aparte los personajes, la historia ha sido muy intrigante y divertida. Tiene muchos cambios inesperado en la trama cada vez que aparece alguien en escena buscando a nuestro Antonio. Hay partes algo lentas que se me hicieron pesadas porque no me apetecía este tipo de lectura en aquel momento, pero tengo muy buen recuerdo de la primera vez que la leí y me quedo con eso.


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1 comentario:

  1. Hola te he nominado para el premio " siete cosas". Las bases están en mi blog. besos

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